REGRESO INFERNAL

Recién vengo llegando del norte, de pasar la navidad con mi familia. Todo estuvo ok, excepto que mi abuelita está enferma y eso entristeció un poco la celebración, pues la pobre tuvo que estar en cama. Sin embargo, me regalonearon mucho, comí rico y dormí harto.

El punto negro fue el regreso. Si bien me fui y volví en avión, el viaje fue un asco. Es increíble que un viaje aéreo, que se supone es más rápido y cómodo, puede ser un verdadero martirio:

• El viaje pareció eterno, pues cual bus carretero se paró en cuanto lugar fue posible con más de 45 minutos de tiempo en cada parada
• El aburrimiento fue insufrible y cuando trataba de dormir el azafato te huevea para confirmar que tienes puesto el cinturón de seguridad
• En un viaje de 4 horas y de más de 90 lucas los huevones cagones de Lan sólo fueron capaces de darnos, recién en La Serena una miserable galleta de nutrabien con un jugo yuz de manzana, mientras tooodos los pasajeros literalmente nos cagabamos de hambre
• Me ví rodeada por pasajeros que viajaban con niñitos y guaguas y no es por ser mala, pero había un olor a mierda infernal producto de que los pañales de las guaguas estaban más que pasados
• Viajaban dos niñitos solos que huevearon por mil y mientras el hambre asolaba nuestros estómagos a los niñitos se les entregaba una bolsa repleta de dules y cosas ricas con lo que sinceramente me dio una pica feroz, mientras los niñitos abrían sus golosinas frente a mis ojos y más encima comentaban muy fuerte lo rico que estaba
• El aterrizaje fue re movido y la manga se demoraba un siglo, cuando bajamos como las maletas demoraban mucho nos fuimos a vitrinear al duty y encontramos un vodka que nos encanta, nos decidimos a comprar, pero la máquina se demoró más de 25 minutos y finalmente nos choreamos y no compramos nada
• Por suerte el taxi se vino por la costanera y todo fue muy expedito, pero al llegar a mi depa me encontré con que uno de mis bancos me había renovado la tarjeta de crédito (sin solicitarla) y me daba instrucciones para activarla telefónicamente. Llamé y el pelotudo de la línea telefónica me decía que la información que le entregaba no era fehaciente ( o sea no era yo), por tanto tenía que ir al banco a pedir una clave telefónica y reactivarla. Ya indignada lo gritonié y pedí hablar con su supervisor, pero el imbécil me dijo que no había nadie disponible, por suerte volví a llamar y otra de las ejecutivas me resolvió el cacho
• Finalmente mi noche fue agradable dormí tranquilita, abrazada por mi maridito y si bien debo volver a trabajar hoy por la tarde ya me relajé del regreso infernal

burtonbk