Precisamente anoche discutía con mis alumnos (todos hombres y treintones) como van cambiando nuestros cuerpos con la edad y nos reíamos de los estragos que los años han hecho con nuestras humanidades.
La mayoría estaba por hacerse un recauchaje, pues reconocían que ya no se sienten tan cómodos ni orgullosos mirándose desnudos al espejo y se consideraban cada día más incómodos ante las arrugitas, las canas y los rollitos y las enfermedades no deseadas, típicas del viejazo.
Entonces como una profesía autocumplida me vinieron por la noche unos dolores de huesos increíbles a mi rodilla, que tuve que paliar con más de tres medicamentos, que aún me tienen con la sensación de estar pisando huevos.
Estoy tan volada, que los ojos se me cierran solos, pero a lo menos la rodilla ya no me molesta. Son las consecuencias de mi viejazo, pues si bien, a diferencia de mis alumnos físicamente aún no se me notan los treintitantos, mis huesos sí me gritan que se me vinieron los años encima y con jugo.
Con jugo porque me puse quejumbrosa y la agarre con mi marido porque no se preocupaba de mi salud, taimandome cual niña de sus pocos cuidados y atenciones ante mi persona, sólo porque hoy no me había llamado por teléfono. El viejazo entonces me retrotrae a ponerme malcriada, odiosa y tiránica como la niña que fuí y exigir mimos injustos, creando disisiones artificiales, quizás sólo por el hecho de no querer aceptar que debo ir al médico, pues mi cuerpo ya no resiste los desajustes que solía hacer en mi juventud.
Me carga ir al doctor, pero parece inevitable, pues de lo contrario el viejazo traerá consigo el mal genio y la niña catete que ya no se ajusta a mi adultez. Será... habría preferido un viejazo de canas y arrugas, pero me tocó el de los dolores y debo asumir como la mujer grande que, lamentablemente, soy.
PD: Les dejo unas pinturas de Goya, que ilustran "lo bien" que nos veremos cuando llegue el viejazo.
burtonbk
10 comentarios:
Yo que tú feliz de que el viejazo no te haya llegado aún como las pinturas de Goya, llegan a dar miedo
Mira, a mi en realidad el viejazo se me ha traducido aparte de los kilos, alguna cana guacha que aún me logro sacar y olvidar sin necesidad de teñirme en mi baja resistencia a trasnochar.
jajaja...a mi mefalta para el viejazo, pero si me esta viniendo la crisis del cambio de folio.
Eso de acercarme a los 30 me aterra, la sociedad empieza a pedir que deje mis rebeldías de lado, y eso no lo transo...que horror.
Saludos.-
pero como que es un poco exagerado "nutrirse de dolores" recién a los treita (y tantos). Eso para los 60 o setentas, no? Aún jévenes.
Abarzos.
solo tengo 20 añosos pero de repente me pongo a pensar como seré a los 30 años o un poco más: me imagino sin hacer deporte, con ponchera, pero feliz. Desgastado físicamente pero feliz.... y yo creo que a los 30 y tantos no es una edad como para andarse preocupando de los dolorcillos o cosas por el estilo, todavía es una edad para "vivir" y disfrutar...
Chauuu, AU REVOIR
Comparto lo que se dice respecto a no "nutrise de los dolores". Es algo natural que con el paso del tiempo nos vayamos sintiendo cada vez menos ágiles, pero no por eso vamos a estar viejos.
Me gustó tu blog.
Saludos.
Gracias a todos por sus comentarios. Sí soy algo alharaca, pero de a poco voy cambiando.
Mi mensaje a todos los que tienen aún 20, no se sientan tan felices por no haber cambiado aún de folio, no te das ni cuenta y llegas a los 30 y ya tienes al viejazo encima
ja ja
¿El viejazo es algo característico de los hermanos? Es una broma, porque todos en algún momento sufrimos de achaques que se tiende asociar a la edad, pero que está más relacionado al descuido que hacemos de nuestro cuerpo...
Saludos
Pues que será cuando seamos nonagenarias...
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