ORIGINAL

Desde niña he tratado de ser original, pues nunca me gustó pertenecer a la horda de ovejas que camina sin más por el sendero que el pastor les indica. Por eso me sentí tan identificada con la oveja ermitaña que huyó del grupo y fue capturada, sólo para ser trasquilada, pues la acumulación de kilos de lana, prácticamente le impedía caminar.

Esta oveja perfectamente podría convertirse en mi alter ego, tan distinta a Dolly y sus clones. Sin embargo, ¡vaya que cuesta ser original!...

En el camino de esta senda, inicialmente nadie te entiende, y bueno si bien eso no me importa demasiado, cuando te afilian y encasillan en una injusta chapa de "rebelde" o "alternativa", vuelves a ser del montón y tus intentos de apartarse se vuelven infructuosos. No me gusta no seguir a los demás por un afán de atención, ego, anarquía o reafirmación, sino por el contrario siempre me gustó ser distinta sólo porque de esta forma estaba cómoda y era coherente con mis pensamientos.

Así me visto desde los 12 de negro, ya que me sentía calma enfundada en la plena oscuridad que me otorgaba dicho color y no empatizaba con la luminosidad que tantas otras niñitas tenían en colores claros; en algún instante las circunstancias de mi pueblo me categorizaron como dark o extravagante, pero luego el color se hizo tan común que pasé a ser una más. No me importó y hasta hoy sigo haciendo uso y abuso del negro sin culpa alguna.

Como cualquier adolescente busqué la originalidad de muchas formas, pero siempre con consistencia y sigo ese rumbo hasta ahora, cada vez con mayor dificultad, porque veo con complacencia como hoy muchas personas tienen éxito en ser diferentes y aplaudo a rabiar la medida.

Sin embargo, no soporto a los copiones, a los clones amigos de Dolly, que únicamente por moda, tendencia o falta de creatividad calcan a la pata de la letra los modelos de vida de otros. ¿Intolerancia? Posiblemente sí, mas nunca me he jactado de ser indulgente e insisto estoy muy confortable así. ¿Pero de verdad no les molesta nada nada nada, que otros no tengan vida y les dupliquen las suyas, sin un atisbo siquiera de crédito propio?

A mí sí me molesta e importa; y así como festejo a los cientos de individuos que hacen gala –precisamente- de eso, su individualidad vía innovación, también denosto a los imitadores.

No quiero decir con esto que no es bueno echar mano de las buenas ideas, de hecho si así fuera no tendría este blog (que fue extrapolado de varios proyectos que me parecieron novedosos en la blogósfera), en lo que soy incisiva es en recalcar la necesidad y pertinencia del toque personal.

Necesidad porque la vida me parecería muy aburrida repleta de un rebaño de dollys y pertinencia puesto que lo único que nos ha hecho avanzar como sociedad son precisamente aquellos que escaparon de la majada...

burtonbk